Se miró en el espejo y se preguntó a si misma.
-¿Qué te apetece ésta noche? ¿Qué te gustaría hacer?
La apatía y la negatividad se reflejaba en sus respuestas.
Así que decidió hacer completamente lo contrario. Se había cansado de sí misma, de ser tan paranoica y de tenerle miedo a todo... quería cambiar y decidió que ése era el mejor momento.
Se vistió, se arregló el pelo, se puso sus zapatos favoritos y salió a la calle, pisando fuerte.
Ésta iba a ser su noche: quedaba consigo misma y su mirada, desde hacía tiempo, volvía a brillar.