Gerhart
Hauptmann nació en Obersalzbrunn (actual Szczawno Zdrój, Polonia), pero
es considerado uno de los grandes dramaturgos, novelistas y poetas más
importantes del naturalismo alemán. Tanto
es así que incluso es mencionado en el último capítulo de A Portrait of
the Artist as a Young Man de James Joyce, donde los árboles cargados de
lluvia de las avenidas de Dublín, evocaban al protagonista, Stephen
Dedalus, las chicas y las mujeres de las obras de Hauptmann.
Gerhart Hauptmann representa una de las figuras más altas del naturalismo alemán, ya que consigue la realización de una obra que consigue describir las situaciones exacta y fielmente, de la matriz de las cuales surge una literatura intensa y obsesionada. Los seres humanos expuestos en su obra están inseparablemente transferidos a sus impulsos y su medio, de tal forma que no les queda ninguna libertad de decisión; "son criaturas que sufren sin rebelarse, víctimas de oscuras potencias; han perdido la fuerza para regirse a sí mismas, y parecen desgobernadas". Centrándose en su propio sufrimiento, Hauptmann se transforma en el anatomista de la fehaciente sociedad burguesa.
En la obra de Hauptmann se puede observar una ética de la compasión social, apoyada en un sentimiento de ecos cristianos, dando al naturalismo la profundidad que faltara en sus inicios. Hauptmann se preocupa por los problemas sociales, creando una representación realista de las disputas de la clase obrera. Su obra cuenta la desintegración moral de un grupo de familias campesinas que se han enriquecido de repente al descubrirse carbón en sus tierras.
En su desasosiego por los agentes del entorno y de la herencia que determinan la vida del individuo, su obra es el primer ejemplo de teatro naturalista en Alemania. Los tejedores, escrita en 1892 es una manifestación perfecta de lo antes expuesto, la tragedia es la historia de una comunidad de necesidades tejedores de Silesia, en los que las máquinas dejan sin medios para poder continuar. Los tejedores es una obra que no representa el drama de un solo hombre, por el contrario, es el drama de todo un sector del pueblo que se une en torno a la propia angustia generada por su realidad. Unos hombres que sufren en carne viva, que se irritan y se rebelan contra sus explotadores, y, al fin y al cabo, acaban por ser sometidos y subyugados por la fuerza.
Hauptmann deja en evidencia el pesimismo y la desesperanza que se desarrolla en su alma a verse suprimido por la realidad establecida. Hauptmann y su obra se construyen sobre la indignación ante la miseria humana y el sentimiento de su incurabilidad.
El autor estremece por su abundancia y su integridad. La vida de la que escribe es una vida hecha para el dolor, esta es la noción que obsesiona a este romántico del sentimiento soñador y contenido. La complejidad de su obra muestra que Hauptmann, inquieto y nunca convencido, fue dando vueltas al pesimista complejo de cuestiones que planteaba la época de la decadencia burguesa. "Hauptmann había tomado mucho de la amplitud cultural de la burguesía, pero también de su desconcierto y desorientación". (SCHNEIDER. 1956:147) Aunque en algunas oportunidades su obra resultara dañada para tratar de adaptarlas a las nuevas corrientes del discurso literario, nunca desmintió su fe en la humanidad y la compasión.
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